20/9/10

No todo está perdido



Le hice caso a alguien bienintencionado y fui a ver una película que se titula Origen. Es muy mala. Es mala con avaricia. Pero no todo se perdió. En una de las escenas, el localizador tuvo el detalle de llevar a los protagonistas al puente de Passy. Se monta en la parte peatonal una zapatiesta de personas y espejos que culmina con estrépito de cristales y uno de esos despertares que tanto odia el buen aficionado a la literatura. Al menos hay un instante en el que el rincón más hermoso de París puede verse bien fotografiado: aparecen los conos contrapuestos por la base del Tabac de la esquina, las columnas de hierro fundido y, apenas, los edificios que flanquean la estación del Metro al aire libre. Entre tontería y tontería, un momento de placer. Alguien ha tenido la humorada de hacer un bucle con un segundo de esta escena. Algunos estamos como cabras; otros, como chotas.

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