Llama una joven al
móvil. Dice que va a destrozar la palmera del jardín, que lo va a grabar y lo colgará en Youtube. No creo que vaya a hacerlo. Sin embargo se las arregla
para subir el muro y para cuando quiero darme cuenta las hojas yacen en el
suelo. Están secas, como si hubiera pasado mucho tiempo desde que las cortara.
Salgo de la casa con un arma blanca; tal vez un machete. Grito que le arrancaré la cabeza. Al mismo
tiempo desde un portal opuesto sale a la calle un numeroso grupo
de personas. Esto no me detiene y avanzo blandiendo el machete.
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